Más de un centenar de cámaras, similares a aquéllas usadas en teléfonos celulares, son amontonadas en un hemisferio metálico del tamaño de una naranja.
Los algoritmos calculan la distancia entre la cámara y los objetos fotografiados para hacer una reconstrucción tridimensional que nos permite ver las imágenes de una manera completamente nueva.
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